El ajetreo de un festival exige una ingeniería de sonido bien pensada para superar los retos de que el sonido de cada escenario compita con los escenarios adyacentes, sin dejar de respetar los niveles de control de ruido especificados y garantizando que no se moleste a los residentes de la zona vecina. Sabemos cómo conseguirlo para que el público se sumerja felizmente en el sonido dirigido desde el escenario elegido y viva una experiencia inolvidable en el festival.